Qué alegre es casarse y dar a luz a los hijos como se ordena en 1 Timoteo 5:14 - Quiero, pues, que las mujeres jóvenes se casen, den a luz, guíen la casa, no den ocasión al adversario de hablar con reproche. Sin embargo, a veces estos cambios pueden sumirnos en un torbellino de depresión, enfermedad, confusión, falta de motivación y enfoque. A continuación, una lista de confesiones de hermanas y cómo superaron estos obstáculos.
Con frecuencia estoy enfermo, cansado o deprimido:
-Autoexaminar, rezar y estudiar
-Duerme, come y cuídate físicamente.
Llevo la carga de manejar todo yo mismo:
-No estás solo, pide y/o acepta ayuda.
-Sólo porque puedas hacerlo por ti mismo no significa que tengas que hacerlo.
Nunca tengo suficiente tiempo para hacerlo todo:
-Prioriza tus responsabilidades, encuentra y haz que la casa tenga una rutina que funcione. No pongas excusas, hazlo realidad.
-Crea un horario, dedicando tiempo a tu marido, a los niños y a ti.
Me estreso cuando mi bebé llora:
-A veces está bien dejar llorar al bebé.
-Alimentarlos, hacerlos eructar, cambiarlos. Después se autocalmarán, permitiéndote la libertad de hacer otras cosas.
No me importa:
-Estar embarazada y tener un bebé no justifica el autodescuido. Cuidar de uno mismo, es la única manera de cuidar de la casa.
-Si necesitas un momento, encuéntralo donde/cuando puedas y tómalo.
Me siento solo:
-Puede que te den espacio para sanar y crear un vínculo. Después del nacimiento del bebé, se necesita tiempo para centrarse en la casa de su Señor.
-Inicie una llamada telefónica o un mensaje de texto. Es posible que las hermanas no quieran entrometerse, ya que te estás adaptando a todos los cambios que conlleva un nuevo bebé, pero les encantaría saber de ti.
No sé lo que estoy haciendo:
-Hablar con alguien.
-Apoyarse en otras hermanas para obtener consejos que le ayuden a evitar o superar los errores de las mamás.
Me desentiendo de mi señor:
-Nos involucramos tanto con la nueva vida que crece en nosotros y a nuestro alrededor que tendemos a olvidarnos de la de nuestro señor. Asegúrate de hacer de él una prioridad.
-Hablar con otras hermanas que hayan pasado por ello para obtener consejos y ejemplos sobre cómo hacen malabares y priorizan.
Como guardianas de las demás, debemos confiar en las demás para crecer y convertirnos en las mujeres que fueron nuestras antecesoras.
Recuerda Proverbios 27:17 - El hierro afila al hierro; así el hombre afila el rostro de su amigo. Ayudémonos mutuamente a evitar los gritos silenciosos.
MHNCB